“Cuando llegué a Sierra Nevada me pareció una montaña grande pero pobre. Primero las caras nortes me mostraron su faceta abrupta. Luego las singularidades geológicas y biológicas, unidas a la rica historia de Granada, capital cultural del mundo, me mostraron una montaña única y fascinante”.

                Esta es la opinión que nos daba de la Sierra un montañero foráneo, ahora un gran amante de este macizo. Pero para más montañeros que no conocen bien nuestro macizo, Sierra Nevada puede parecer en principio, una montaña naturalmente pobre….

                Nada más alejado de la realidad.

                Su situación geográfica, alejada más de 1000 km de montañas similares, en el límite sur del continente, que le da unas condiciones meteorológicas peculiares, la naturaleza de sus rocas, totalmente distinta a las cordilleras de la península, hacen de Sierra Nevada un macizo naturalmente singular, con una elevada cantidad de endemismos, en un medio en el que conviven con especies boreales y rifeñas a un mismo tiempo.